En el aspecto más artesanal de la colección destacan los
detalles florales y los pétalos en faldas, apliques y broches. Así como los
bordados en pedrería o los plisados.
La paleta de colores se caracteriza por los tonos empolvados
como el malva, el nude, el celeste o el perla que aportan un toque vintage y
sutil a los vestidos. Y para las noches más cálidas, tonalidades más alegres
como el fucsia, el verde esmeralda o el color turquesa.
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